Cuando ya no quedan argumentos o los que se vienen utilizando ya no sirven, resta la opción de desacreditar al contrario. Y en ese empeño, la Consejería de Educación y Deporte no duda en recurrir a cuantas ruindades necesite, la última esta manipulación facinerosa de las cifras de seguimiento de la huelga educativa del 18 S, un burdo manejo de los números que pretende ningunear la indignación de la comunidad educativa, la protesta de las trabajadoras y los trabajadores de las escuelas e institutos, de las alumnas y los alumnos, de sus familias… para reclamar un aumento de plantillas de personal en los centros que haga posible una disminución significativa de la ratio en las aulas.
Por poner solo un ejemplo en el que rozan casi el ridículo: según los datos oficiales de la administración, en la provincia de Málaga había un/a profesor/a de Secundaria en huelga; pues bien, tenemos la certeza de que con los datos de un solo centro concreto ya hubo suficiente profesorado en huelga para desmentir, y desacreditar, sus cifras.
Pueden empecinarse en mirar para otro lado, hacer como que no pasa nada, y tratar de defender su caótica y tardía gestión del inicio de curso con la coartada que le proporcionan algunas organizaciones sindicales. Pero esto no evitará el problema y, más allá de enredarnos con las cantidades y los porcentajes quedará la responsabilidad de no haber contribuido todo lo posible en la gestión de las consecuencias para la enseñanza pública de la crisis sanitaria provocada por la COVID 19, o peor aún, haber colaborado en alguna medida a la extensión y agravamiento de esta última.
También tienen la posibilidad de reconsiderar su posición, atender las demandas repetidas en esta jornada de huelga y dedicar todos los recursos necesarios para mantener y mejorar la calidad educativa al mismo tiempo que salvaguardar la salud de la población en general.